martes, 24 de febrero de 2009
Bajo la Lluvia
¡Cómo resbala el agua por mi espalda!
¡Cómo moja mi falda,
y pone en mis mejillas su frescura de nieve!
Llueve, llueve, llueve,
y voy, senda adelante,
con el alma ligera y la cara radiante,
sin sentir, sin soñar,
llena de la voluptuosidad de no pensar.
Un pájaro se baña
en una charca turbia. Mi presencia le extraña,
se detiene... me mira... nos sentimos amigos...
¡Los dos amamos muchos cielos, campos y trigos!
Después es el asombro
de un labriego que pasa con su azada al hombro
y la lluvia me cubre de todas las fragancias
de los setos de octubre.
Y es, sobre mi cuerpo por el agua empapado
como un maravilloso y estupendo tocado
de gotas cristalinas, de flores deshojadas
que vuelcan a mi paso las plantas asombradas.
Y siento, en la vacuidad
del cerebro sin sueño, la voluptuosidad
del placer infinito, dulce y desconocido,
de un minuto de olvido.
Llueve, llueve, llueve,
y tengo en alma y carne, como un frescor de nieve.
lunes, 23 de febrero de 2009
El caminante
Un día en la soledad de la noche y en la humedad de la lluvia, caminante iba solo y sin ilusiones solo en su mente vivía aquel amor que le rompió el corazón y esto solo por ser limpio y sincero, por decir la verdad con el corazón y no con la boca, pero aun así ella no escuchó.
El muy triste aceptó su decisión, después de esto regresó del pasado para ver que a la orilla del camino estaba una rosa muy bella. El se puso muy feliz al ver aquella rosa, su tristeza se desvaneció y su sonrisa floreció.
El problema es que la rosa estaba algo marchita y triste ya que le hacía falta compañía, así es que la llevó a su casa. Allí reverdeció y floreció. El estaba muy feliz al encontrar viva la noble planta.
Un día cuando se preparaba para comer alguien tocó la puerta, el abrió y se sorprendió al ver a una linda mujer. Aunque era bella, él no se guió por lo externo ya que el miraba el corazón:
-Qué quieres -le dijo el caminante-
-Quiero solo admirar la belleza de esa rosa, que sobrevivió gracias al amor y pureza del amor que usted le tiene, y dígame como se llama
-El caminante le dijo “solo dime poeta y ¿tú?”
-Me llamo vida...
Después de unos meses, se vió a lo lejos a poeta junto con la vida caminar bajo la lluvia, con una rosa entre sus manos, que es el amor.
El amor verdadero y puro que llega de repente sin que nadie lo sepa, tal vez sea alguien que esta enfrente tuyo y tu no te has dado cuenta, solo recuerda una cosa: "el amor se encuentra donde menos lo esperamos"
lunes, 16 de febrero de 2009
miércoles, 11 de febrero de 2009
nUeStRo ReEnCuEnTrO...
martes, 3 de febrero de 2009
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