... es cuando levantas la cabeza y te ilumina un rayo de sol. Cuando encuentras el calor de la serenidad entre tantas pesadillas. Si miras en tu interior cerrando los ojos, escuchas y una voz interior te anima a seguir.
Sientes tu energía. Y entre palabras y sueños piensas, meditas para ver toda esa verdad que entre nieblas no podías ver.
Eres tú y nada más. Sólo tú... y tus palabras...
... ya no me importa la ausencia de vuestra melancolía. Ahora crecen mis ramas hacia una luz más fuerte y cálida, lejos de tanta suciedad e hipocresía, ahora solo existe amor y paz, amor… esa fuerza tan anhelada.
En mi cabeza vuestras películas ya carecen de movimiento y se vuelven negativos que ya no revelaré, no me interesa pues se que no vale la pena, vuestra melodía ya no sigue mi compás y me alegra pues por fin lo veo tan claro que rompo el lazo sin derramar ninguna lágrima.
De este modo me levanto y ahora soy yo quien os deja, alzando la cabeza bien alto entre la multitud de vuestras palabras vacías de verdad, seguid con vuestros juegos y sueños… que ya llegará el día que os toque aterrizar en vuestro propio arcén. Hasta entonces reíd bajo vuestra embriaguez, el disfraz que mejor os sienta.
De este modo pongo un punto y final a la falsa esperanza y desengañada ilusión para sin pesos en los pies seguir mi camino como siempre, ahora tras un gran suspiro de libertad y desasosiego.
